Microcuento
Es verano, pero la nieve vuelve a bañar mis mejillas con dolor. No es que mi amor haya madurado, es que nadie lo entendería…
Otro día más… y no deseo cortarme las venas, tampoco mitigar mis nervios con un brebaje ponzoñoso ni esperar a que los hados me envuelvan en algún crimen sin castigo.
¡No! Me niego a escribir mi nota de suicidio, pues quiero que mi funeral apa-rente tener un final feliz.
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