LA CASA

GABRIEL HUENTEMIL


Muros que todo lo pueden,

cariño que sobrecoge,

fulgores de mi pasado

tabique y techos recogen.


Terreno donde el azar

sembró la semilla humana,

enclave de ronda y nana

con un materno abrazar.

¿Cuántas vidas empezar

habrán visto estas paredes?

Adobes que nunca ceden

ni a golpes, llamas o sismos,

símbolos de eterno altruismo,

muros que todo lo pueden.


Yo, que no supe nombrarte,

dejé crecer mis raíces

y en tus baldosas nido hice,

conquistándote, baluarte.

Levanté mis estandartes

entre tablones que escogen

darme abrigo y que me acogen

con áspera calidez

mostrando, con candidez,

cariño que sobrecoge.


Yace un recuerdo en la esquina,

memorias surgen de aquella,

evocaciones, sin mella,

alegres, también, cetrinas.

Lo pretérito ilumina

el camino que, ahotado, 

he recorrido y hollado

para ser el que ahora soy,

mientras tutelando estoy

fulgores de mi pasado.


La imagen de mis ancestros,

diáfanamente, revelan

fotos, retratos y esquelas;

les toma el tiempo en secuestro.

Pasan los años, siniestros,

y, espero, no me despojen

de este refugio y me arrojen

a la impasible orfandad,

mi historia y felicidad

tabique y techos recogen.

 *****


Gabriel Huentemil Ortega es músico, payador, narrador oral patrimonial y cantor a lo poeta, a lo divino y humano. Joven heredero de la escuela de Guitarrón Chileno de Pirque, cuna indiscutida de este único y particular cordófono de 25 cuerdas. Miembro de la Red Internacional de Cuentacuentos, columnista de la página virtual del Círculo de Narradores Orales Latinoamericanos, cirnaola.com.


Para leer este poema, al igual que otros escritos, haz clic en el siguiente enlace:

https://www.calameo.com/books/006684502620a6915f4ec

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